Besos y caricias en las
manos de la celestial Reina del Amor.
Su presencia cercana y
humilde fue el mayor regalo que la Madre del Valle Coronada quiso ofrecer a sus
hijos tras haberle tributado el mayor de los honores que en la tierra se le
puede ofrecer; por haber reforzado su fe, afianzado su devoción y proclamado su
amor inefable en una aurea presea que cubre de maternal realeza sus sienes.
Ante tantos corazones desbordantes de alegría descendía su mano cual arca de la
alianza que por amor se ha sellado, guardando besos impregnados de oraciones,
promesas o gracias mientras al rozar su clara tez asciende el alma hasta el
cielo.
A lo largo del último
fin de semana del pasado mes Octubre tenía lugar el Solemne Besamanos
Extraordinario a Nuestra Señora del Valle Coronada con motivo de su Coronación
Canónica. Infinitud de personas se acercaron a lo largo de amabas jornadas a
las plantas de la que es Alcaldesa, Patrona, Reina y, sobretodo, Madre de esta
noble ciudad, para sentir su cercana presencia y depositar en sus manos el amor
de su fiel devoción.
La Santísima Virgen se
situaba en el Altar Mayor de la Iglesia Parroquial, sobre la peana de plata de
sus andas de traslado, rodeada de cera y rosas blancas que componían el bello
montaje dispuesto en este histórico culto. Ataviada al igual que para el día de
su Coronación, la Señora del Valle Coronada lucía su nueva saya y toca de
salida, el manto de tisú blanco donado por el pueblo en 1964 y sobre sus sienes
y la de su Santísimo Hijo, las preseas de oro y diamantes que la semana
anterior el Señor Obispo de Huelva había ceñido sobre sus sienes, encontrándose
a sus plantas el solideo que éste entrego en recuerdo de aquel día.
Como si fuera Agosto,
en sus manos se marcho este mes por la historia añorado en que se cumplió el
sueño de la ciudad. La ciudad asimila aun tantos momentos vividos y guarda para
el recuerdo un Octubre de áureos reflejos, sentimiento y emociones, mientras
tímidamente en sus ojos se vislumbra el día de la Pureza en que la ojiva vuelva
a enmarcar a Nuestra Señora del Valle Coronada.
Crónica:
Sentir Palmerino (http://www.sentirpalmerino.blogspot.com)
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