“¡Vosotros sois la mejor corona!... esa
preciosa corona que rodee siempre las sienes de nuestra queridísima Madre”
Monseñor
D. José Vilaplana Blasco. Frag. De la Homilía de la
Pontifical de Coronación.
Amanecía
el día más hermoso purificado por una fina lluvia que fue incapaz de calar
hasta el alma henchida de felicidad. Nada podría estropear aquel momento. Y así
fue, el sol dorado se abrió paso entre las nubes y todo sucedió como tenía que
suceder. El altar de dorado albero y purísimas flores blancas enmarcaba el
retablo barroco de la fachada parroquial, en donde María Santísima del Valle,
la hija, la madre, la niña guapa de nuestro pueblo era entronizada ante la
atenta mirada de una Plaza de España aforada en cerca de cuatro mil personas
que no perdían detalle de lo que estaba a punto de suceder.
Poco a poco el cerca de medio centenar de Hermandades que participarían en el evento, precedido por las autoridades civiles y militares, comenzó a tomar el pasillo central del recinto. Varas, mantillas e insignias avanzaban ceremoniosamente precediendo a Nuestra Corporación, que vestida de etiqueta, custodiaba a los Padrinos de la Coronación, los hermanos Gordillo Lassarte, portadores de las coronas cinceladas sobre el amor donado por La Palma. Se conjugaron todos los sentidos en el instante en que las preseas comenzaron a adentrarse por la calle lateral de la plaza, ya que la Capilla Musical comenzó a entonar la Cantata BWV 147 de J.S. Bach.
Y
tras esta protocolaria comitiva, la Procesión de Entrada del amplísimo cuerpo
sacerdotal revestido con las casullas realizadas para el acontecimiento por la
Hermandad y presidido por el Excmo. y Rvdmo. Monseñor D. José Vilaplana Blasco.
La Capilla Musical elegida fue, como no podía ser de otra manera, la “Misa de Coronación” KV 317 de Wolfang Amadeus Mozart. La monición de entrada y la de las diferentes Lecturas de la Pontifical estuvieron a cargo de directivos de la Hermandad, mientras que la lectura sagrada fue realizada por el Presidente de Cáritas Parroquial y una Hermana Carmelita de Vedruna de la comunidad religiosa de nuestra ciudad. Magnífica como siempre la Homilía de nuestro querido Obispo, pero quizás más exaltada, alegre y emocionada que nunca. Y tras ella, una vez bendecida las Coronas, el momento más esperado: a las 12:07, del domingo 23 de octubre de 2011, D. José subió las escaleras y se situó junto a la Virgen y nuestro Párroco le hacía entrega de las coronas, primero la del Niño que depositaba sobre su cabeza nuestro Obispo, quien posteriormente acariciaba su carita; y después la de la Madre, que tras ser mostrada al pueblo era colocada sobre sus benditas sienes. El Aleluya del Oratorio “El Mesias” de G. Caccini susurrado, casi, por la Capilla Musical, servía para calmar los sentimientos y disfrutar del instante irrepetible.
Todo parecía consumado, pero aún se pudo contemplar como en el ofertorio los descendientes de D. Ignacio de Cepeda, promotor y donante de nuestra actual Imagen, portaban el Vino y el Agua; el Sr. Alcalde y su Esposa en representación de La Palma acercaron al Altar el Pan; y el Tesorero y la Secretaria de la Junta de Gobierno ofrecieron la Obra Social de la Coronación. Como durante la Comunión filas interminables de fieles recibían a Jesucristo, fin primero de toda devoción mariana, que era portado por los sacerdotes en los copones ejecutados para el acontecimiento. Como se hacía entrega de la Obra Social a la Asociación Nueva Vida. Y como tras la Bendición Final y los primeros vivas a Nuestra Señora del Valle Coronada de nuestro Señor Cura Párroco, se entonaba por primera vez el Himno de la Coronación. Sellándose todo para la Historia con la firma del Acta de la Coronación.