lunes, 6 de agosto de 2012

TRASLADO DE REGRESO DE NTRA. EXCELSA PATRONA CORONADA A SU IGLESIA DEL VALLE - 08/12/2011

Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el día elegido por la Hermandad para cerrar un año grande. Grande para La Palma, grande para su Parroquia, grande para sus gentes, y especialmente para la devoción a su Excelsa Patrona.

Concluye un largo año,  que comenzó aquel 23 de Octubre de 2010, cuando en un Teatro España abarrotado se presentaron todos los actos uno a uno, el Cartel Anunciador de la Coronación Canónica, las dos marchas realizadas ex profeso para la solemne ocasión,… un año donde todo el pueblo lo ha vivido, en preparación, en formación. Plenamente concienciado de la ocasión que Dios nos ha regalado para homenajear a María, su Madre, nuestra Madre.

Era justo cerrar el año celebrando lo más grande que puede hacer un cristiano, la Eucaristía, compartir la Sangre y el Cuerpo de Nuestro Señor. Seguidamente, la Hermandad tuvo a bien hacer público agradecimiento a dos instituciones de nuestra localidad, y muy especialmente a quienes la representan, la Parroquia por medio de su Párroco Rvdo. P. D. Francisco J. Martín Sirgo, y el Ayuntamiento, representado por su Alcalde-Presidente el Excmo. Sr. D. Juan Carlos Lagares Flores, ambos copresidentes de la Comisión de Honor de la Coronación Canónica, cargos que han sabido desempeñar al más alto nivel, velando y colaborando con cuanto en sus manos disponían. Al igual, la Hermandad quiere devolver parte de la generosidad del Pueblo, por mediación de Cáritas Parroquial, haciéndole entrega de un importante donativo a su Presidente.

La Virgen del Valle, sale del Templo Parroquial para casi un año después volver a su Iglesia, rodeada de su pueblo, y luciendo majestuosa con el Manto de las Estrellas, que le fuera regalado en Agradecimiento del Milagro en el año 1856, y que eran casi tres generaciones las que no conocían esta joya del bordado. Completan el ajuar de la Virgen en ese día la Saya de Santiago Martínez y la toca regalada para la Coronación por el Grupo Joven, y por supuesto las Coronas de Oro, con las que su pueblo la ha coronado.

En dirección a la primera visita alcanza el Convento de las Hermanas Carmelitas, llegando posteriormente por la calle Del Guante a la Casa-Hermandad del Santo Entierro, y de ahí a la casa de los Padrinos de la Coronación, llegando a la Plaza de Pedro A. Morgado, aquí se despiden a las Autoridades y Hermandades locales. El cortejo enfila la calle Capitán San Román, atendiendo al deseo de la Junta de Gobierno de completar el recorrido de la Coronación, preciosa imagen de vecinos que aun esperaban este momento desde aquel grandioso día, e igual que entonces se adornaron las calles y las casas. En este tramo la Virgen es recibida por las Cruces en las puertas de ambas Capillas.

Al caer la tarde, ya la Virgen se acerca a su Templo, visitando a su paso a la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío, donde fervientemente la reciben con unas sevillanas de la Coronación, y después a las Hermanas de la Cruz. Antes de llegar a la Iglesia del Valle, se homenajea a la Reina con unos juegos de fuegos y luminarias desde la Torre Parroquial, y de allí al Valle, donde a la luz de los fuegos artificiales, y ante una calle Real repleta con las notas del himno Nacional, la Virgen cruza el arco mudéjar, adentrándose en su Templo, “Y entre vivas, pólvoras y luces, la Virgen recule con claro fulgor”.

jueves, 2 de agosto de 2012

SOLEMNE BESAMANOS EXTRAORDINARIO A SANTA MARÍA DEL VALLE CORONADA – 29-30/10/2011


Besos y caricias en las manos de la celestial Reina del Amor.

Su presencia cercana y humilde fue el mayor regalo que la Madre del Valle Coronada quiso ofrecer a sus hijos tras haberle tributado el mayor de los honores que en la tierra se le puede ofrecer; por haber reforzado su fe, afianzado su devoción y proclamado su amor inefable en una aurea presea que cubre de maternal realeza sus sienes. Ante tantos corazones desbordantes de alegría descendía su mano cual arca de la alianza que por amor se ha sellado, guardando besos impregnados de oraciones, promesas o gracias mientras al rozar su clara tez asciende el alma hasta el cielo.

A lo largo del último fin de semana del pasado mes Octubre tenía lugar el Solemne Besamanos Extraordinario a Nuestra Señora del Valle Coronada con motivo de su Coronación Canónica. Infinitud de personas se acercaron a lo largo de amabas jornadas a las plantas de la que es Alcaldesa, Patrona, Reina y, sobretodo, Madre de esta noble ciudad, para sentir su cercana presencia y depositar en sus manos el amor de su fiel devoción.

La Santísima Virgen se situaba en el Altar Mayor de la Iglesia Parroquial, sobre la peana de plata de sus andas de traslado, rodeada de cera y rosas blancas que componían el bello montaje dispuesto en este histórico culto. Ataviada al igual que para el día de su Coronación, la Señora del Valle Coronada lucía su nueva saya y toca de salida, el manto de tisú blanco donado por el pueblo en 1964 y sobre sus sienes y la de su Santísimo Hijo, las preseas de oro y diamantes que la semana anterior el Señor Obispo de Huelva había ceñido sobre sus sienes, encontrándose a sus plantas el solideo que éste entrego en recuerdo de aquel día.

Como si fuera Agosto, en sus manos se marcho este mes por la historia añorado en que se cumplió el sueño de la ciudad. La ciudad asimila aun tantos momentos vividos y guarda para el recuerdo un Octubre de áureos reflejos, sentimiento y emociones, mientras tímidamente en sus ojos se vislumbra el día de la Pureza en que la ojiva vuelva a enmarcar a Nuestra Señora del Valle Coronada.

Crónica: Sentir Palmerino (http://www.sentirpalmerino.blogspot.com)

miércoles, 1 de agosto de 2012

PROCESIÓN EXTRAORDINARIA - 23/10/2011


Impaciente esperaba La Palma a su Reina Coronada. Bellamente engalanada: colgaduras, banderolas y reposteros; arcos efímeros de papel y flores realzaban la belleza de sus calles. La ciudad se vestía de fiesta, era la gran fiesta de La Palma, porque era el gran día de su Virgen.

A la hora prevista, el Sr. Obispo de Huelva, de manera excepcional, tocaba el martillo del paso y Nuestra Madre del Valle era, por primera vez, elevada por sus costaleros, Coronada. Con mimo y emoción avanzó por el pasillo central de la Plaza de España, acunada por sus hombres de abajo al arrullo de las coplas de Campanilleros. No podía haber mejor manera de comenzar su procesión gloriosa, su paseo triunfal por la ciudad de la que es Señora y Madre. Tan elevados eran los sentimientos del instante, que las emociones se contuvieron hasta que estalló el delirio cuando al descender de la plaza la Banda de Música de Nuestra Señora de las Nieves de Olivares entonó Valle, Coronada de Amor, y encadenó Coronada de Amores, las dos marchas dedicadas a Nuestra Patrona; que la condujeron a las puertas del Ayuntamiento donde fue recibida por las autoridades municipales en representación de toda la Ciudad.

Para ese momento la comitiva ya había cubierto buena parte del recorrido oficial que cruzando por la Plaza del Corazón de Jesús discurría por la arteria principal de nuestra localidad, por una calle más Real que nunca, por la auténtica Avenida de la Coronación. Abriendo marcha, de manera completamente desinteresada, la Agrupación Musical de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que estrenó antes de comenzar el recorrido y ante Nuestra Señora del Valle, la marcha procesional que le habían compuesto para la ocasión: Reina del Valle Coronada. A la cruz de guía seguían filas de devotas hermosamente ataviadas al estilo más protocolariamente español, con peineta y mantilla negra. Las numerosísimas representaciones de corporaciones locales, provinciales, regionales, e incluso, extraregionales añadían una amplitud de matices coloristas a los que ya poseía la exuberante decoración de la propia vía regia.

 
Al llegar al punto la Virgen continuó su recorrido precedida de la cruz de guía, presidencia de la Hermandad y los ciriales, pertiguero e incensario de respeto. En olor de multitudes fue recibida y acompañada María Santísima del Valle Coronada, por la Barriada de los Poetas Andaluces, por Alegría de la Huerta y muy especialmente, más aun si ello era posible, en la calle que lleva su nombre; al comienzo de la cual se incorporó al cortejo sustituyendo a la anterior, la Banda de Cornetas y Tambores de la Expiración, de Huelva; que igualmente de manera desinteresada fue abriendo marcha buena parte del resto del recorrido.

Hermosísimo y concurridísimo el transcurrir de la procesión por calles tan poco habituales en los desfiles procesionales: Cabo Noval, San José, Barriada Virgen del Valle, Ronda de los Legionarios. Después de ser recibida en la Iglesia de El Salvador (Salesianos) entre cantos y vivas por la Archicofradía de María Auxiliadora; los devotos que rodeaban el paso de Nuestra Señora se convirtieron en multitud al final de la antigua Fuente Nueva, apoderándose de la amplísima acera y de la extensa calzada; Blanca Paloma recordaba las aglomeraciones de la noche agosteña hasta llegar a San Antonio donde las nubes comenzaron a acechar el hasta entonces inmaculado cielo azul. Presagio que se hizo realidad en la entrada de la Calle Cabo, donde las primeras gotas de lluvia anticiparon la decisión de no completar el recorrido previsto. Entre una fortísima ovación y una salva de vivas la Virgen dio media vuelta dejando una promesa de continuar en el aire.

 
Más que nunca en ese momento, por Príncipe de Asturias y por Juan Carlos I, La Palma arropó a su Virgen, como queriéndola resguardar de la lluvia, y mientras ésta más se arreciaba, más fuertes eran los vivas a Nuestra Señora del Valle Coronada. Viendo la lluvia que tenía la batalla perdida decidió retirarse para más tarde y permitió, incluso, que la tercera de las cuadrillas que tenía que portar a Nuestra Patrona, la formada por costaleros ya retirados, pudiera mecerla al menos unos metros.

La entrada en la Plaza fue triunfal, el paso de la Señora navegó entre un mar de devotos que había inundado las calles laterales, la plaza, el escenario, el porche e incluso la Parroquia; todos querían estar presentes en los últimos instantes de aquel día grandioso; solo había espacio para que el respiradero del paso se abriera paso como proa del navío en el que navegaba la devoción de este pueblo, la Niña, la Madre, la Reina Coronada de La Palma.