Faltaban cuatro
jornadas para el día más esperado, el de la Coronación Canónica de Nuestra
Señora del Valle. En estos últimos días se ha acelerado el ritmo de los
preparativos, el día 11 de octubre transcurrió el Acto Penitencial, del 12 al 18 el Santo Rosario Vespertino que había recorrido todas las calles de la
ciudad, comenzando el 19 los cultos preparatorios, un Solemne Triduo en Honor de nuestra Excelsa Patrona, cuyas
intenciones serían cada día para diferentes calles, para sus vecinos, sus
intenciones particulares, sus enfermos, sus acciones de gracias y sus difuntos.
Y para cada día un
prelado, en el primero el Excmo. y Rvdmo.
Sr. D. Demetrio Fernández González, Obispo de Córdoba. En el segundo, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Mazuelos Pérez,
Obispo de Asidonia-Jerez. Y el último el Emmo.
y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo Peregrina, Arzobispo de Sevilla.
La Virgen luce, en el
Altar Mayor, “está la Reina, enjoyada con
oro de Ofir”, con la ráfaga y manto de las estrellas, la saya de las
Adoratrices, la mantilla blanca antigua, y sobre sus sienes una bella tiara
elaborada por los orfebres Hermanos Delgado López, formalizada a base de tallos
de rosales con pequeñas rosas de pitiminí en sus terminaciones. La Virgen
estaba ubicada sobre su trono antiguo de 1834, obra de Juan de Astorga, elevada
sobre la nube de querubines. El frente de altar se completa con las dos
credencias de la sevillana Hermandad del Valle, e iluminada con la candelería
de la Hermandad del Cristo del Perdón. Todo exornado con flores blancas, en una
gran proliferación de puntos.
Durante estos días de
triduo, la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista recibió a un gran número de devotos,
que han vivido intensamente estos cultos. Además, nos acompañaron las
Hermandades del Rocío y del Cristo del Perdón de nuestra ciudad, y las
Hermandad del Valle de Sevilla y Manzanilla, además de una extensa
representación de la Policía Local.
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