El domingo 26 de Diciembre amaneció radiante y luminoso, impropio de un más que pasado por agua mes de Diciembre y que horas antes, y después seguiría encapotado, el Sol no quería estar ausente en este traslado, la Virgen estaba en su Capilla, en sus antiguas andas de traslado, sobre su nube, adornada de dos candelabros de cinco luces, sin guardabrisas, y una gran variedad de flores, en forma de friso alrededor de sus pies. Ella lucía con un manto blanco de brocado, elegido con sumo gusto, por su donante el diseñador trianero Marco Zapata, la Saya de color rosa, en tejido de tisú, con un sencillo bordado recreado en una saya que se perdió con la antigua imagen, la Ráfaga de las estrellas con su acabado en plata, y la corona de metal a juego con la ráfaga.A las 10:50, la esperada llegada de nuestro Obispo, Monseñor D. José Vilaplana Blasco, que aceptó la invitación de la Hermandad y del Párroco, para acompañar a la Virgen en este Rosario, y presidir posteiormente la Misa de la Sagrada Familia. Tras saludar a la Junta de Gobierno que lo esperaba en la entrada del Valle, visitó la Capilla de Ntro. Padre Jesús y el altar de Ntra. Sra. del Rocío, igualmente saludando a sus respectivas Juntas, llegando posteriormente a los pies de la Virgen del Valle, donde ora por unos minutos y seguidamente se da comienzo al Santo Rosario.
El cortejo que lo abre la Cruz alzada, seguida de la bandera y del gallardete, el Coro de Campanilleros que cantó cada uno de los Misterios, el pueblo, la presidencia formada por nuestro Obispo, el Alcalde, el Presidente, el Vicario Parroquial y la Secretaria de la Hermandad.
La salida de la Virgen fue espectacular, ya que desde el año 1993, ella no cruzaba esta, su puerta, así muchas personas pensaban que la ráfaga no cabría por la puerta, la Virgen era una más, pues sus andas casi estaban posadas en el suelo, así las emociones cruzaron el alma de los devotos que la rodeaban, y cruzó la puerta entre palmas y vítores, su pueblo la espera, deseaba tenerla entre ellos, así una gran multitud de personas seguían sus andas.
Las calles habían sido gustosamente engalanadas por jóvenes de la localidad, dirigidos por nuestro Grupo Joven. La Virgen caminaba al rezo de los Ave María en lo que parecía un mar de cabezas, así todo el recorrido.
Al llegar a la Plaza de España, cuando se situó a la altura de la portada de la Iglesia, fue subida las escaleras de frente, pues será su casa hasta el próximo día de la Inmaculada, cuando volverá siendo Madre Coronada.
En un Templo abarrotado de Familias Cristianas Palmerinas y la Virgen del Valle presidiendo desde el Altar Mayor, comenzó la Misa de la Festividad de la Sagrada Familia. Ella fue llevada por distintos matrimonios de nuestra Parroquia, en distintas circunstancias y de distintas edades. Así en el ofertorio se vivió momentos emocionantes, ya que se presentaron un matrimonio recién casado, con la ilusión y el compromiso de amor y descendencia recién adquiridos, le siguió una familia muy especial, la Comunidad de las Hermanas Carmelitas de Vedruna, que son parte importante de la gran familia cristiana palmerina, y además tienen el compromiso de educar dentro de los valores del amor, el respeto y la vida; le seguían una familia numerosa, a los cuales le encabezaba la abuela, la esencia del saber y del enseñar en el seno familiar, y por último la primera familia palmerina, la de nuestro Alcalde el cual fue invitado como padre y esposo, de una familia numerosa.
Al finalizar la Sagrada Eucaristía, nuestro querido Obispo despidió a todos desde los pies del Presbiterio, donde se quedó una bella estampa que simboliza un entrañable día, nuestra Madre y Patrona la Virgen del Valle, nuestros Obispo y Párroco como pastores de este rebaño del pueblo de Dios y numerosas familias, esencia de la construcción de la Iglesia y de la mejor sociedad, de un mundo mejor.
